Extremistas hindúes han profanado una iglesia y un cementerio cristianos, mientras la comunidad cristiana se siente cada vez más vulnerable.
Ataques a las comunidades y a los templos cristianos. Las manifestaciones de rechazo al cristianismo se hacen cada vez más violentas, y la comunidad cristiana ha lanzado un mensaje pidiendo ayuda al verse «más vulnerables que nunca» ante estos ataques. Este rechazo a cualquier manifestación cristiana, y la oleada de violencia que conlleva, parece responder a los programas de reconversión al hinduismo, promovidos por grupos radicales hindúes como Vishwa Hindu Parishad, que además piden que el Gobierno indio promulgue leyes nacionales anti-conversión. En Goa, un grupo de hombres armados profanaron una iglesia cristiana, dañando una imagen de la Virgen de Lourdes que había en su interior. En Mangalore, una sala de oración católica en las afueras de la ciudad fue apedreada y rompieron las ventanas. La violencia también ha alcanzado la región de Kerala, al sur del país, donde se destrozaron las tumbas y lápidas de un cementerio cristiano en el distrito de Pathanamthitta. Desde Ayuda a la Iglesia Necesitada denuncian que la situación de orden público no hace más que empeorar, y que la pequeña comunidad cristiana de la India sufre a causa de los ataques y las presiones de los grupos nacionales. Los cristianos indios, por su parte, aseguran que el Gobierno observa con pasividad cómo se atenta contra la libertad religiosa y se promueve el odio y la violencia contra toda religión que no sea el hinduismo, especialmente contra la religión cristiana. Hace unas semanas, la polémica estalló en las redes sociales cuando el líder radical hindú, Rashtriya Swayamsevak Sangh, afirmó que la Madre Teresa servía a los miembros de esta religión solo para convertirlos al cristianismo. Poco después se conoció la noticia de que un grupo de exaltados había quemado la foto de la Madre Teresa.
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