El cardenal Pell podrá vigilar pero no gestionar los fondos vaticanos

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Australian Cardinal Pell greets Pope Francis during March 15 audienceAsí lo ha decidido el Papa Francisco después de que algunos prelados expresaran su temor de que la Secretaría de Economía se convirtiera en un «superministerio» de las finanzas.


Siguiendo las indicaciones del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, el Papa Francisco ha decidido no dejar en manos del cardenal Pell la vigilancia y la administración de los fondos de la Santa Sede, lo que supondría un control absoluto de las finanzas por parte de la Secretaría de Economía que dirige este cardenal. Pell ha sido objeto de las críticas de algunos miembros de la Curia, que opinaban que el cardenal intentaba hacerse con un control absoluto y poseer un poder excesivo respecto a las cuentas vaticanas. Algunos prelados expresaron incluso su temor de que la Secretaría de Economía se convirtiera en un «superministerio» de las finanzas de la Santa Sede. La burocracia vaticana parece resistirse ante los intentos del cardenal Pell de reformar las finanzas, y su hostilidad hacia el prelado aumentó de forma ostensible cuando éste dio a conocer que se habían descubierto mil quinientos millones en las cuentas vaticanas que no habían sido declarados en el último balance. De hecho, hace una semana se filtraron a la prensa unas facturas correspondientes al organismo dirigido por Pell, en las que aparecían reflejados gastos por más de medio millón de euros. Con el nuevo marco legal, el Papa parece haber querido tranquilizar a este sector descontento con el cardenal Pell. De esta forma, a partir de ahora, el organismo económico que él dirige tendrá el «control y la vigilancia en materia administrativa y financiera» sobre las instituciones curiales y podrá regular los presupuestos y vigilar el funcionamiento de los gastos, pero no gestionar los fondos de las cuentas vaticanas. La administración de los bienes e inversiones de la Santa Sede seguirán bajo la competencia de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA). Este organismo mantiene con los nuevos estatutos todas sus competencias, excepto la contratación del personal y los salarios, competencia ahora de la Secretaría para la Economía. Así se ha puesto de manifiesto en las nuevas normas administrativas de los organismos económicos creados para modernizar la economía vaticana y facilitar la transparencia de las finanzas: el Consejo para la Economía, la Secretaría para la Economía y la Oficina del Revisor General. Estas normas fueron aprobadas «ad experimentum» el 22 de febrero, pero no entraron en vigor hasta el pasado domingo. La Secretaría de Economía tendrá por tanto dos secciones con distintas funciones: la primera dedicada al control de las cuentas y recursos financieros y la segunda con competencias administrativas, dedicada a aconsejar a las instituciones de la Curia sobre cómo organizar sus presupuestos y gestionar el personal. La Santa Sede ha creado también la figura de un «revisor general», que con la ayuda de dos revisores adjuntos verificará la contabilidad y la administración y se encargará de vigilar posibles irregularidades en la gestión de los fondos.

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