Gänswein: ‘El Cardenal Sarah me recuerda al Papa Gelasio’

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Sarah

El secretario personal de Benedicto XVI  vincula la figura de Robert Sarah con la del Papa Gelasio, venido de África para combatir la invasión de las tribus germánicas.

El arzobispo alemán Gänswein ha transmitido su apoyo al Cardenal Sarah tras la publicación de su obra «Dios o Nada» y las duras y tajantes intervenciones que el Cardenal hizo durante el pasado Sínodo de la Familia, en las que definió la ideología de género y el Estado Islámico como «bestias del Apocalipsis», ambas con origen diabólico.

Sarah hace mención a la ideología de género, y añade que la intolerancia del secularismo «no es más que que una nueva pseudo- religión», que una vez más, » retoma lo que han dejado las ideologías totalitarias del siglo pasado».

El arzobispo defiende que «Dios o Nada» es un libro que nos lleva a «las raíces de nuestra fe». Asimismo explica que este libro «nos abre los ojos» al hecho de que «las nuevas expresiones de indiferencia manifestadas hacia Dios, no son solamente unas desviaciones que debemos ignorar, sino que representan una amenaza para la existencia humana».

El alemán llama a escuchar las palabras del Cardenal, unas palabras que él mismo define como francas e intrépidas: «Dad al César lo que es del César. Absolutamente. ¡Pero dad a Dios lo que es de Dios! Es en esto en lo que insiste el Cardenal Sarah».

Además defiende que «Dios o Nada» no es un «manifiesto polémico», sino que lo define como una » guía de Dios, que muestra su rostro en dirección a Jesucristo».  También lo califica como un «manual para el próximo años jubilar, en el que se enseñan las lecciones valiosas acerca de la naturaleza de la misericordia».

«El Cardenal Sarah es un hombre que ama, un hombre que nos muestra la manera en la que Dios quiere darnos forma si no nos oponemos a sus manos de artista», afirma Gänswein.

A continuación, las palabras del arzobispo, traducidas por INFOVATICANA.

¡A las raíces!

Por George Gänswein.

Reverendísimo Cardenal Sarah, Eminencias, Excelencias, queridos Hermanos, queridas señoras y señores:

Mientras leía las líneas de su libro «Dios o nada» del verano pasado, su franqueza me recordó en varias ocasiones a la audacia con la que el Papa Gelasio I en la Roma del año 494, escribió una famosa carta al emperador Anastasio I de Constantinopla. Hoy 20 de noviembre, la Iglesia celebra el Papa Gelasio del norte de África. Por ello, permítanme decir brevemente algunas palabras acerca de su carta del año 494.

Dieciocho años antes de que fuera escrito, en el año 476, las tribus germánicas habían invadido la antigua capital. El Völkerwanderung – la migración masiva de los pueblos – había comenzado, lo que provocó la caída del Imperio Romano de Occidente. Del tan poderoso imperio quedaba solamente la Iglesia de Roma.

Fue en este momento cuando el Papa Gelasio escribió lo siguiente al emperador Romano de Oriente en Bizancio: No se puede gobernar el mundo con un solo poder, sino dos. Esto lo sabemos desde que el Señor dio a sus apóstoles, después de la Última Cena (Lucas 22:38), la información siguiente, «dos espadas». Sin embargo, estas dos espadas tendrían que ser, según su concepción, compartidas por el Emperador y el Papa a lo largo de la historia. En otras palabras, con esta carta el Papa Gelasio I habla del poder espiritual y secular dentro de una igualdad. No debe haber más omnipotencia. El Papa y el emperador eran – para el beneficio de todas las personas – consideradas como socios ante Dios.

Esto constituye un cambio de paradigma. Pero había más. Gelasio era el sucesor de Pedro en Roma. Incluso los gobernantes supremos debían recibir con humildad los sacramentos de la mano de todos los sacerdotes.

Pero la «doctrina de dos espadas», describiría la relación entre la Iglesia y el Estado durante 600 años. Sus efectos indirectos duraron infinitamente. La aparición gradual de las democracias occidentales son  inconcebibles sin este reclamo. Porque no sólo se sentaron las bases de la soberanía de la Iglesia, sino también para cualquier oposición legítima.

Europa, en cualquier caso, ha crecido y madurado desde este momento en adelante de «una manera dolorosa». La historia de la Iglesia católica como una fuerza civilizadora es impensable sin el ejemplo de lo que Gelasio I establece en su oposición a la búsqueda de la omnipotencia por el emperador Anastasio I. La posterior separación de Iglesia y Estado y el sistema de un «equilibrio de poder» se inició con esta carta, cuando el Papa, sin miedo, negó al más poderoso gobernante del mundo el derecho a reclamar reinar también sobre las almas de sus súbditos. Fue un momento de agitación, durante el cual la Iglesia romana se convirtió en la autoridad decisiva de Occidente.

Todo esto está ocurriendo hoy, una migración masiva está llegando a Europa desde el Este. El Cardenal Sarah es muy consciente de esto, al igual que lo fue Gelasio. Seguramente él ve claramente – como pocos otros lo harán – que muchos estados hoy una vez más reclaman, con todas sus fuerzas, el «poder espiritual» que la Iglesia una vez arrancó de ellos, en un largo proceso en beneficio y por el bien de toda la humanidad.

Para cuando los estados de Occidente revoquen la ley natural, a instancias de los grupos de presión a nivel mundial, (ideología de género), será algo más que una recaída  en el regla de la arbitrariedad. Es esto una nueva presentación de la tentación totalitaria que siempre ha acompañado a nuestra historia, como una sombra.

Cada generación conoce esta tentación, a pesar de que se manifiesta de diferentes formas e idiomas en todas las épocas. El Cardenal Sarah, con confianza y con fuerza insiste en que la Iglesia no debe dejar que se disuelva el espíritu de la época (Zeitgeist), incluso cuando este espíritu viene disfrazado y camuflado como ciencia, como ya sabemos lo hizo con el racismo y el Marxismo.

Nunca más debe haber ninguna institución que goce de alguna omnipotencia. Ni el Estado ni el Zeitgeist tienen derecho a reclamar por ella, y tampoco, por supuesto, lo tiene la Iglesia. Dad al César lo que es del César. Absolutamente. ¡Pero dad a Dios lo que es de Dios! Es en esto en lo que insiste el Cardenal Sarah hoy, de una forma  franca e intrépida.

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Comentarios
0 comentarios en “Gänswein: ‘El Cardenal Sarah me recuerda al Papa Gelasio’
  1. Cuanta razon tiene Sarah, algunos venimos diciendolo hace tiempo,otros incluso desde su agnosticismo militante ,como Oriana, desde hace aun mas tiempo.Mientras los poderes politicos en Europa de un signo y de otro, vienen desde hace decadas,mirando para otro lado, igual que muchos Obispos dentro de la Iglesia, con una fe,que parece caducada o por lo menos,gravemente enferma, deformada o apartada. Nadie da lo que no tiene, lo que no vive. Bien por Sarah,un cardenal que no calla, que no mira para otro lado, que es consecuente con su ministerio y con su gran responsabilidad.

  2. El Cardenal Robert Sarah y la Periodista Oriana Falacci, q.p.d., son auténticos profetas, y sus obras, son referencias obligadas que merecen todo nuestro respeto y agradecimiento.

  3. Conviene aclarar que ninguna profecía, ya sea bíblica o de caracer privado, habla de ningun Papa negro; lo del supuesto «Papa negro», pertenece más a la leyenda que a la realidad; ni siquiera Nostradamus habla de un Papa negro, salvo que alguien quiera atribuir a Nostradamus cuartetas que él no escribió.

  4. Los primeros datos biográficos que leí acerca de san Gelasio I llegaron a mis manos en 1979, cuando contaba 26 años de edad. Hay otra faceta de este papa que me llamó mucho la atención: se preocupó mucho de ayudar a los menesterosos y se le llamó «Padre de los pobres».
    En el siglo XX, el papa que creo más se le parece es Benedicto XV.

  5. Yo reconozco el nivel intelectual, teológico y moral de Mns. Gänswein.
    Es normal que fuese secretario del Papa Benedicto, es normal que aprendiera de él.
    El hecho que me apena es que este alto calibre en todo se pierda y pueda quedar apartado en vez de Truchos, i demás indocumentados, que solo nuestro Padre en el Cielo sabe como están donde están.
    Y efectivamente el Espíritu Santo hable, pero no lo escuchamos.

  6. Todos los regímenes totalitarios y tiránicos fusionan el poder político con el espiritual, como hace el islam y los comunistas terroristas lgtb, es por ello que ambos son anticatolicos. Espero y deseo que el Espíritu Santo siga iluminando al Cardenal sarah.

  7. El cardenl Maradiaga, miembro del «gran sanedrin pontificio», o grupo G8,
    que conseja al papa jesuita, junto con el cardenal Marx, y otros sabios.
    criticó con sarcasmo la responsabilidad institucional de la Congregación para la Doctrina de la Fe,
    consistente en poner unas bases teológicas serias al magisterio pontificio.
    En el pasado sínodo de la familia trece cardenales escribieron al papa una carta
    señalando desvíos doctrinales muy serios. Entre los 13 cardenales se encontraban
    varios de los máximos responsables de importantes dicasterios de la Curia Romana,
    entre ellos el Cardenal Sarah.
    Cuatro virtudes caracterizan al cardenal africano: humildad, sabiduría, inteligencia y firmeza.
    En su vida y en su enseñanza resplandece la santidad y el amor a Cristo y a la Iglesia.

    Curiosamente, el cardenal Sarah sigue fielmente el magisterio de Juan Pablo II
    y de Benedicto XVI, especialmente en los temas de moral familiar y sexual,
    discrepando en todo esto de la jesuítica Civiltà Cattolica,
    adalid del filohomosexualismo de la ternura afeminada y melosa.
    La Civiltà cattolica trata de estructurar mediáticamente
    el programa del lobby gay, que también se cuece en la Gregoriana.

  8. De modo que Ganswein conoció a Gelasio, ya que Sarah se lo recuerda, o es cosa del traductor usar recordar por evocar? Porque el mozo no parece tan viejo.

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