Osoro se ha negado a firmar el documento de los demás obispos de la provincia eclesiástica. Muchos curas se plantean, ante el abandono de su arzobispo, no asistir mañana a la Misa Crismal.
Malestar en el clero madrileño ante la última muestra de cobardía, cuando no algo peor, del arzobispo Osoro. Después de su clamoroso silencio de la semana pasada, ante la ominosa ley aprobada en la Asamblea de Madrid, el arzobispo se ha negado a firmar el documento que han elaborado sus sufragáneos, los obispos de Alcalá de Henares y Getafe.
El documento, que ha salido sin su firma, explica de manera clara cómo la ley de transexualidad de la Comunidad de Madrid es uno de los textos más totalitarios que ha conocido nuestro país. La negativa de Osoro a firmarlo, al contrario de lo que él esperaba, no ha impedido que los obispos de Alcalá y Getafe lo hagan público, dejando al arzobispo de Madrid ante la evidencia de su cobardía.
El malestar no ha tardado en llegar, y menos de una hora después de que se conociera su silencio cómplice varios curas han manifestado su dolor, bochorno y decepción, señalando que mañana no asistirán a la Misa Crismal que se celebrará en la Almudena, para mostrar al arzobispo su malestar.
No es la primera vez que Osoro elige, entre el débil y el poderoso, posicionarse cerca del poderoso. Ya lo ha hecho en el Ayuntamiento de Madrid, defendiendo públicamente a la condenada Rita Maestre quitando hierro a una profanación eucarística, como si de un «pecadillo de juventud» se tratara, frente a esos que «se rasgan las vestiduras», en referencia insultante a quienes han dedicado recursos a llevarla a los tribunales.
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