‘El Santo Padre no se ha apartado de las enseñanzas de la Iglesia’

‘El Santo Padre no se ha apartado de las enseñanzas de la Iglesia’

villegas En un documento pastoral enviado con motivo de la publicación de la exhortación apostólica sobre la familia del Santo Padre, el presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas sostiene: «Es errónea la afirmación de que la posición de la enseñanza católica en este aspecto ha cambiado». Las declaraciones del presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas en relación a la exhortación apostólica del Papa Francisco Amoris Laetitita han suscitado la polémica. Algunos medios han afirmado que con sus palabras, monseñor Socrates B. Villegas, arzobispo de Lingayen Dagupan, ha ordenado a los sacerdotes dar la comunión a los divorciados vueltos a casar. Sin embargo, monseñor Villegas , en una carta publicada el pasado 9 de abril, afirma en varias ocasiones que la nueva exhortación del Papa Francisco no cambia la doctrina de la Iglesia respecto al matrimonio y la familia, y sostiene que es errónea la afirmación de quienes se empeñan en señalar que la Iglesia ha cambiado respecto al magisterio establecido hasta el momento. «Debe quedar claro que el Santo Padre no se ha apartado de las enseñanzas de la Iglesia contenidas en el Credo, en los documentos conciliares y en el Catecismo de la Iglesia católica», afirma el presidente de la Conferencia Episcopal al comentar Amoris Laetitia. «Sin duda, es errónea la afirmación de que la posición de la enseñanza católica en este aspecto ha cambiado», recalca Villegas, al tiempo que aclara que no se trata de «miedo al cambio» sino «que hay algunas áreas de la doctrina católica donde la estabilidad es de suma importancia». El presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas subraya, asimismo, que no es en la doctrina donde se deben esperar los cambios, sino que es  «en el tratamiento de personas donde el Papa quiere ver un cambio significativo». Villegas invita a no aplazar la misericordia a los que se encuentran alejados de la Iglesia: «Pero la misericordia no puede esperar. La misericordia no debe esperar». Tras estas declaraciones, el prelado sostiene una idea que ha dado pie a distintas interpretaciones y ha suscitado la polémica. «Cuando nuestros hermanos y hermanas quienes, a causa de relaciones rotas, familias rotas y vidas rotas, se encuentran tímidamente en las puertas de las iglesias- y de nuestras vidas- inseguros de que sean bienvenidos o no, salgamos a su encuentro, como nos urge el Papa, y asegurémosles que siempre hay un lugar en la mesa de los pecadores en la que el Señor se ofrece a sí mismo como comida para los desdichados», se afirma en el documento. «O maravillosa realidad de que los pobres, los esclavos y los humildes deberían participar del Señor», continúa el prelado, añadiendo que «esta es una disposición a la misericordia, una apertura de corazón y de espíritu que no necesita ninguna ley, ni esperar ninguna directriz» e invita a que esta apertura a la misericordia debe «ocurrir inmediatamente».

Estas afirmaciones del obispo Lingayen Dagupan significan, según han señalado algunos medios, que el prelado ordena a los sacerdotes dar la comunión de forma inmediata a los que se encuentren en situaciones irregulares. No es, sin embargo, la misma interpretación que se ha dado desde la Santa Sede. Radio Vaticana publicaba hace unos días un resumen del documento del presidente de la Conferencia Episcopal filipina del que destacaba la llamada del prelado a no retrasar los actos de misericordia con los que están alejados de la Iglesia, pero sin mención alguna a que se hubiera dado orden a dar de comulgar a los que se encuentran en situación de pecador mortal.

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