El Santo Padre Tras el fuerte llamamiento lanzado el pasado domingo para seguir rezando por la paz en Tierra Santa, ha telefoneado personalmente esta mañana a los presidentes de Israel y de Palestina, Shimon Peres y al Presidente Mahmud Abbas, compartiendo sus gravísimas preocupaciones por la situación actual de conflicto que toca de forma particular a la Franja de Gaza y que, en un clima creciente de hostilidad, odio y sufrimiento para los dos pueblos, está sembrando numerosísimas víctimas y dando lugar a una situación de grave emergencia humanitaria.
Como ya hizo durante su reciente peregrinación a Tierra Santa y en ocasión de la invocación por la paz del pasado 8 de junio, el Santo Padre ha asegurado su oración incesante y la de la toda la Iglesia por la paz en Tierra Santa y ha compartido con sus interlocutores, a los que considera hombres de paz y que desean la paz, la necesidad de seguir rezando y esforzándose para conseguir que todas las partes interesadas y todos los que tienen responsabilidades políticas en ámbito local e internacional se comprometan al cese de toda hostilidad y actúen en favor de una tregua, de la paz y de la reconciliación de los corazones.
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
Lamento la muerte de los tres jóvenes israelistas, nuevo episodio del conflicto palestino-israelí que ha sido el detonante, sin duda, de la actual contraofensiva del Estado de Israel contra Palestina.
Pero es que la respuesta militar israelí es una pasada, un auténtico genocidio que está suponiendo esa contraofensiva militar. Frente a las piedras y poco más de los palestinos, la contundencia militar del Estado de Israel es brutal. Hasta el extremo lógico o consecuente: es incomparablemente desproporcionado el daño que ocasiona Israel al pueblo Palestino, que está sufriendo un verdadero «martirio».
Y el papa Francisco, que ha estado recientemente en Tierra Santa en compañía de un amigo suyo argentino y judío, y de otro musulmán, el papa Francisco, sí, que tan amigo es de intentar poner su granito de arena en la resolución pacífica de conflictos como este entre israelitas y palestinos, no sé cómo no lamenta con contundentes palabras este auténtico baño de sangre que sigue sufriendo el pueblo palestino, entre los cuales, por cierto, hay más fieles cristianos, de poquitos que son, ciertamente, que entre los israelitas, los cuales en general sienten por Jesús de Nazaret (todo esto es por obra y gracia del judaísmo talmúdico) mucha menos estima que los propios musulmanes, por más que estos, ya sé, consideran a Jesús solo como un profeta que no murió en la cruz, etcétera.
Pero bueno, en el caso de que el papa Francisco sí haya lamentado el actual baño de sangre que sufre actualmente el pueblo palestino, me callo la boca y mis respetos al sucesor de Pedro, cuyo ministerio acato («cum Petro et sub Petro») sin por ello tener que quitarme el cerebro, la mente, solo el sombrero: parafraseo ahora una cita muy conocida de Chesterton.