Quien dice “yo no soy pro aborto, sino pro libertad de elección” ya puede dejar de decirlo, a menos que esté enviando este vídeo para denunciar a Planned Parenthood.
Carlos Esteban/ Gaceta.es
Uno no sabe qué es más escandaloso, si que que el gigante norteamericano del aborto Planned Parenthood se dedique a vender bajo cuerda tejido de los fetos abortados o que la revelación haya sido casi unánimemente ignorada por los grandes medios de comunicación internacionales, incluidos los de la derecha española.
En realidad lo segundo, teniendo en cuenta que la agenda informativa la dicta la progresía -una vez más: también para los medios supuestamente de derechas-, no es muy sorprendente.Las Femen que asaltaron el Congreso cuando se debatía la -fallida- reforma Gallardón no hacían más que expresar un dato incontrovertible cuando gritaban que “el aborto es sagrado”. Lejos de ser ese procedimiento médico sin connotaciones éticas que pretende la izquierda, el aborto es algo muy parecido al sacramento más intocable de la modernidad, y la prueba es que con el se saltan los protocolos habituales a otros procedimientos semejantes, como la necesidad de permiso paterno o materno en menores de edad en caso de intervenciones quirúrgicas o aspectos del consentimiento informado, por no hablar de las escasas o nulas repercusiones públicas a los escándalos que saltan regularmente en los abortuorios en cuanto a las prácticas más elementales en cualquier clínica.
En cualquier caso, si a algo han contribuido estas ‘actividades de sinergia’ de la multinacional abortista es a demoler por completo dos de los argumentos más queridos por los abortistas. Quien dice “yo no soy pro aborto, sino pro libertad de elección” ya puede dejar de decirlo, a menos que esté enviando este vídeo a todos a sus amigos para denunciar a Planned Parenthood y, de paso, se pregunte cómo puede sino beneficiar a la libertad a la hora de elegir el hecho que la madre vea una ecografía o escuche un sonograma -medidas a las que el lobby abortista se ha opuesto con éxito- o por qué un negocio tan boyante sigue recibiendo generosísimas ayudas del Gobierno federal y de la propia ONU (concretamente, es la, ejem, ONG que más fondos recibe de las Naciones Unidas).
El segundo es el que hizo famoso la ‘doctora’ Bibiana Aído cuando dijo que “eso” que lleva la mujer en su vientre está, sin duda, vivo, pero no es humano. Obviando la perplejidad de los taxonomistas animales, que se preguntarán a qué especie puede pertenecer un embrión humano sino a la humana, el negocio secundario de Planned Parenthood deja muy claro que los profesionales del aborto sabe con qué especie tratan, o no venderían sus tejidos como humanos.
Por el contrario, la doctora Deborah Nucatola, protagonista involuntaria del vídeo y directora senior de Servicios Médicos de Planned Parenthood, insistía en el cuidado que ponen en matar el feto sin dañar demasiados órganos: “Tenemos práctica obteniendo corazón, pulmón, hígado, porque sabemos que vale, así que no destruimos esa parte, básicamente trituramos por debajo o por encima para ver que esa parte quede intacta (…). Mucha gente pide hígado. Y por eso, la mayoría de los proveedores se orientan mediante ultrasonido para saber dónde aplicar los forceps”.
Nucatola aclara en la cinta que la organización todavía no ofrece un ‘menú’ completo y en condiciones porque sus abogados “no quieren que seamos los intermediarios en este asunto por ahora”. “Por ahora” es la parte esencial de la frase, y sospechamos que no va a ser un tiempo demasiado largo. Pero Nucatola tiene la amabilidad de remitir a sus falsos clientes a otro proveedor: Stem Express.
Stem Express se fundó en 2010 y, aunque su página web está caída ‘por labores de mantenimiento’, tiene un catálogo bastante completo, si bien incipiente (es todavía un sector en pañales) . Y, sí, confirma la opinión de Nucatola de que el hígado es el producto estrella por el momento. Los precios oscilan entre los 488 dólares por un frasquito de medio millones de células CD34+ criopreservadas a los 24.250 por uno de cinco millones de células CD133+.
En principio, la venta de partes de seres humanos no es legal. Pero sí se pueden cobrar al usuario los costes de procesado y transporte. Y, como dice la doctora en el vídeo, si la organización obtiene algún beneficio, “quedará encantada”.
Pese a su acerba retórica contra el capitalismo, la izquierda moderna actúa como coartada ideológica de instituciones que se mueven como pez en el agua en el mercado, y si maldicen en teoría el incentivo del lucro, lo manejan con perfecta soltura y rara habilidad en la práctica. De hecho, es difícil pensar en las causas en las que más energía gasta la izquierda occidental que no beneficie, en ocasiones de un modo muy evidente y directo, más al rico y poderoso que al desheredado.
Oh, sí, hubo un tiempo que la izquierda consistía en la revolución proletaria y la defensa del trabajado pero es que el rojerío, como se decía antes de las damas, no tiene pasado. ¿A quién beneficia especialmente la invasión que nos llega del Tercer Mundo con el anacrónico nombre de ‘inmigración’? Al empresario que, si es honrado, se beneficiará de la presión a la baja de los salarios y, si no lo es, de unos simpapeles a los que puede explotar por cuatro duros. ¿A quién aprovecha el feminismo radical y la ridiculización del ama de casa? Al rico que dispone del doble de mano de obra y al poderoso que ve debilitado el principal bastión de resistencia a la tiranía, la familia. Desde el arte que más aplauden hasta los ‘pecados’ que más airadamente condenan, toda la actitud de la moderna izquierda, consciente o inconscientemente, halaga a la clase alta y condena al proletario.
Pero es en lo tocante a la vida y a la familia donde las medidas preconizadas por la izquierda empiezan siempre con casos extremos y lacrimógenos -convertidos en película o serie a la menor ocasión, y valiéndose casi siempre de estadísticas trucadas- y acaban en estupendos negocios. La eutanasia es un ejemplo obvio de cómo cuadrar las cuentas quitándose de encima ‘material’ improductivo en un momento en que la pensiones están al máximo de su capacidad, y en los países donde más tiempo lleva como práctica legal -Bélgica, Holanda- es habitual que las personas de cierta edad prefieran hacer sus revisiones médicas en la vecina Alemania, no vaya a ser que un exceso de celo de médicos y parientes les lleve al otro barrio antes de tiempo.
El lucro sería uno de los oscuros secretos de iniciativas de ingeniería social de este tipo si pudieramos señalar algún aspecto que no lo sea. Olvidadas las raíces cristianas de Occidente, la resbaladiza pendiente está demostrando serlo bastante y actuar bastante aprisa. Como verdugos, lo más terrible es la progresiva desensibilización.
Siendo terribles todas las consecuencias de lo que el vídeo revela, confieso que lo que más grima me dio al verlo fue la actitud de la Dr. Nucatola a lo largo de la comida de negocios. A los tres minutos, Nucatola, justo después de decir que hay una gran demanda de hígado fetal, se mete en la boca algo de su plato y exclama con apetito “¡ñam!”. Más tarde le da vueltas a la posibilidad futura de ofrecer un ‘menú’ de vísceras. Ñam.
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